viernes, 2 de marzo de 2007

Viaje a Beirut

El verano de 2004 tuve la oportunidad de conocer otro mundo.


Estuve mes y medio realizando prácticas en una empresa de ingeniería en Beirut. Lo que vi me fascinó.


Líbano es un país... especial. Mediterráneo y oriental. Avanzado y urbano, y rural. Cristiano, druso, musulmán. Civilizado y retrógrado.


Justo antes de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Beirut (BEY) pensé: ¿qué he venido yo a recuperar aquí!? ¿qué se me ha perdido...? Todos los males pasaron nada más entrar en la ciudad, las 4:00 de la madrugada. Incluso a esas horas me sentí arropado por las pocas personas que me recibieron en el que iba a ser mi hogar durante 45 días: la American University of Beirut (AUB).

Empecé ipso facto a relacionarme con europeos con la misma finalidad que la mía: conocer el líbano gracias a la excusa de tener una beca de prácticas en una empresa local. También conocí libaneses/as que nos describieron y enseñaron todo lo digno, importante, bonito, y agradable del Líbano (y alguna que otra oscuridad histórica).


Beirut es una ciudad que recuerda a Barcelona. Es mediterránea. Es viva. Es fiestera. Es cálida. Es locura viaria. Es SOLAZO!

Está dividida en barrios según, inicialmente, opciones religiosas, aunque, últimamente, el dinero ejerce más distinción aún. El centro histórico de la ciudad, derruido, barrido por completo durante la última guerra civil, está siendo reconstruido con edificios del estilo de las grandes y modernas ciudades mediterráneas actuales. A precio de oro.









A su lado, existen reliquias que atestiguan la brutalidad de la guerra:



Y lugares coquetos y cómodos para descansar:


En cuanto tenga otro huequito, comento con imágenes los alrededores de Beirut, incluyendo Damasco (qué gran ciudad!!).